Jorge Manrique, Paredes de Nava, Palencia o Segura de la Sierra, Jaén, hacia 1440– Santa María del Campo Rus, Cuenca, 24 de abril de 1479.
Lucha en el bando de Isabel y Fernando en la guerra contra los partidarios de Juana la Beltraneja. Junto a su padre Rodrigo Manrique de Lara, hizo levantar el asedio que a Uclés habían puesto Juan Pacheco y el arzobispo de Toledo Alfonso Carrillo de Acuña.
En esa guerra, en una escaramuza cercana al castillo de Garcimuñoz en Cuenca, defendido por el marqués de Villena, fue herido de muerte en 1479, probablemente hacia la primavera.
Como con el nacimiento, hay distintas versiones sobre el suceso: algunos cronistas coetáneos como Hernando del Pulgar y Alonso de Palencia dan testimonio de que murió en la misma pelea, frente a los muros del castillo, o justo a continuación. Otros, como Jerónimo Zurita, sostuvieron con posterioridad (1562) que su muerte tuvo lugar días después de la batalla, en Santa María del Campo Rus (Cuenca), donde estaba su campamento. Rades de Andrada señaló cómo se le encontraron entre sus ropas dos coplas que comienzan «¡Oh mundo!, pues que me matas...».
Fue enterrado en el monasterio de Uclés, cabeza de la orden de Santiago. La guerra terminó pocos meses después, en septiembre.
En 1474, su padre fue proclamado Gran Maestre de la Orden de Santiago en la villa de Uclés. Ultimo maestre pues los reyes católicos incorporan las ordenes a la Corona. Los reyes de Castilla serán en adelante los grandes maestres de todas las ordenes militares.
Enterrado el Poeta y su padre en el monasterio de Uclés.
El poeta jorge Manrique esta ligado a Belmontejo.
Un Belmontejo en Cuenca y un Belmontejo en Ciudad Real.
Escudo de Villamanrique, antes Belomontejo de la Sierra, Ciudad Real. Podemos ver los calderos de los Lara.
A los 24 años participa en los combates del asedio al castillo de Montizón (Villamanrique, Ciudad Real), donde ganará fama y prestigio como guerrero.
Señor de Belmontejo de la Sierra, actual Villamanrique, comendador del castillo de Montizón, Trece de Santiago,
En el siglo XIII el Belmonteno de Ciudad Real se llamaba Bellomonte y tras su repoblación en el siglo XV pasó a llamarse "Belmonte de la Sierra" y posteriormente "Belmontejo".
El 18 de diciembre de 1474 el maestre de Santiago, I conde de Paredes y Navas y señor de Belmontejo, Rodrigo Manrique, consigue la independencia respecto de Torre de Juan Abad convirtiéndola en villa. En gratitud, sus ciudadanos le cambiaron el nombre de Belmontejo a Villamanrique, Villa de Rodrigo Manrique.
En Villamanrique podemos ver la Iglesia de San Andrés Apóstol, acabada en el año 1607, del final del gótico y transición al renacimiento y el Castillo de Montizón, fortaleza estratégica durante la reconquista.
En la calle Jerónimo Frías encontramos algunas casas antiguas con blasones medievales y en la calle Cervantes se encuentra la casa de los Manrique. A unos 3 km en la carretera que va a Torre de Juan Abad se encuentran las ruinas de Eznavejor Xoray, fortaleza defensiva de gran antigüedad. Cerca de Villamanrique se encuentra también una venta que pudo ser la mencionada en El Quijote.
Diego Hurtado de Mendoza casa por segunda vez con Teresa de Guzmán. Padres de Beatriz (? - 1452) que casa con Rodrigo Manrique de Lara, I conde de Paredes de Nava (c. 1406 - 1476) y de Juan, II Señor de Cañete (? - ?) que casa con Inés Manrique de Lara.
Inés Manrique de Lara, hermana de Rodrigo, casa con el heredero del señorío de Cañete, Juan Hurtado de Mendoza, y su hijo será ya Por Gracia de Carlos I el I marqués de Cañete.
II señor de Cañete, Juan Hurtado De Mendoza y Guzmán. Muere en 1490. Casa tres veces. con Ines Manrique y Castilla, Elvira Rabanel y Teresa Guzmán.
Del primer matrimonio es el IV señor de Cañete Honorato Mendoza y Manrique que casa con Francisca Silva y Rivera.
Del primer matrimonio es el IV señor de Cañete Honorato Mendoza y Manrique que casa con Francisca Silva y Rivera.
De Belmontejo, Cuenca, se dice que la localidad fue señorío de Rodrigo Manrique en el siglo XV.
Luis; VILAR PSAYLA, Juan José. Diccionario histórico, genealógico y heráldico de las familias ilustres.... Madrid: Sanchez, 1864, v. 7, p. 369. Era señor de las villas de Cenilla, Cartilla, El Pozo Robledillo, Balazat, Bienservida, La Parrilla, Belmontejo, Cardenona, Villanueva del Rebollar, Vega de Doña Olimpa, Albalá y Santillán.
El patrimonio del estado señorial de Cañete se constituyó a lo largo del siglo XV por tierras de Cuenca. La mayoría de las aldeas del señorío estaban enclavadas en la Sierra de la ciudad, por cuyo aprovechamiento entraron en continuo conflicto con las autoridades concejiles.
Diego Hurtado de Mendoza, señor de Cañete y por su madre de Olmeda de la Cuesta, contrajo matrimonio a principios del siglo XV con Beatriz de Albornoz. Su hijo Luis Hurtado de Albornoz heredó los lugares de Uña, Valdemeca, Carcelén, Montealegre, Poyatos, Tragacete, Cañada el Hoyo, Casa del Cardenal y otros heredamientos, pero al fallecer sin descendencia el patrimonio de los Albornoz lo heredó su padre Diego Hurtado de Mendoza, quien, viudo de Beatriz de Albornoz, había casado en segundas nupcias con Teresa de Guzmán.
Ambos fundaron mayorazgo de la Casa de Cañete en 1442; el beneficiario era Juan Hurtado de Mendoza, hijo primogénito, y sus descendientes.
El mayorazgo estaba compuesto por Cañete y su fortaleza, Poyatos,Tragacete, Valdemeca, Uña, Beamud y Olmeda de la Cuesta, villas en las que el linaje poseía la jurisdicción completa, con todos los pechos y derechos, y las alquerías, salinas, dehesas, tierras de pan llevar, montes y prados de sus términos.
Posteriormente, en la segunda mitad del siglo XV, se produjeron diversas alteraciones del mayorazgo original: la villa de Las Majadas pasó a poder de los señores de Cañete, Juan Hurtado obtuvo por compra las villas de Belmontejo y La Parrilla, y La Cañada del Hoyo también fue incluida en en el mayorazgo. Para contrarrestar estas adiciones se debió excluir del mayorazgo las villas de La Frontera y Beamud —con sus montes, términos, prados y pastos— y las casas y heredamientos de Valera de Yuso, que dieron origen a un segundo mayorazgo creado por Juan Hurtado, destinado a su hijo Luis Hurtado de Mendoza.
Durante el reinado de los Reyes Católicos Cañete alcanzó condición de marquesado, título otorgado a Juan Hurtado de Mendoza en 1490, aunque no hay constancia documental de este privilegio.
Juan Hurtado de Mendoza traspasó las villas de La Parrilla y Belmontejo en 1498 para la dote de su nieta María de Mendoza. Juan Hurtado, según consta en un documento de 1485, había obtenido por compra las villas de Belmontejo y La Parrilla, para lo que debió vender el censo de Ballesteros, una heredad en Valera de Suso con la dehesa de Noguerón y otra dehesa de Noguerón —que está cabo Cañete—, pertenecientes al mayorazgo.
Juan Hurtado de Mendoza ofreció determinadas villas incluidas en el
mayorazgo. En 1470 incluyó su villa de Las Majadas, valorada en 8.000 mrs.,
para la dote de su hija María Manrique en su enlace con Pedro de Barrientos.
En 1497 obligó ciertas villas de su mayorazgo —Poyatos, Uña y Tragacete—
para las arras de su nieto, Diego Hurtado de Mendoza, en su casamiento con
Isabel de Cabrera, hija de los marqueses de Moya, para lo cual solicitó la
pertinente autorización regia. En 1498 traspasó las villas de La Parrilla y
Belmontejo para la dote de su nieta María de Mendoza, desposada con Pedro
Pallás, vizconde de Chelva. Además, estos mismos pactos económicos se
incluían determinadas cantidades de dinero —80 marcos de plata labrada y
marcada por valor de 1.200 mrs. en el caso de María Manrique— y ciertos
objetos de ajuar- paños, ropas de lino para las camas-, joyas de oro y plata,
alhajas, sedas, brocados, perchas, atavíos personales.
En el siglo XVI se produjeron diversas alteraciones patrimoniales. Durante los enfrentamientos nobiliarios que hubo en Cuenca en 1507, Diego Hurtado de Mendoza perdió el señorío sobre las aldeas de La Parrilla, Belmontejo, La Cañada, Tragacete y Poyatos, que fueron reincorporadas al patrimonio real.Las actuaciones rebeldes de Diego Hurtado de Mendoza en Cuenca entre 1506 y 1507, y que finalizará con la retirada a éste del señorío sobre La Parrilla, Belmontejo, La Cañada, Tragacete y Poyatos, aldeas que fueron reincorporadas a la jurisdicción de Cuenca.
Honorato de Mendoza (†1489)
El hijo primogénito de Juan Hurtado, Honorato de Mendoza “el Animoso”, recibió el señorío de La Parrilla y Belmontejo, continuó con el oficio de guarda mayor de Cuenca y, además, aparece como corregidor de Salamanca. Sirvió a los Reyes Católicos en las guerras de Granada, en defensa de los reinos de Murcia, Jaén y Córdoba; murió en Guadix peleando contra los musulmanes que habían ido a socorrer Granada, cuando los Reyes Católicos entraron a conquistarla en 1489.
Francisca de Silva reclamó a su suegro Juan Hurtado una compensación por la dotación de las arras que le correspondían de su marido Honorato de Mendoza. Francisca de Silva, por su casamiento con Honorato de Mendoza —posibilitado por su padre el conde de Cifuentes—, recibió mucha suma de mrs., e joyas de oro e plata, e sedas, brocados e paños e otros atavíos de su persona. Doña Francisca fue recompensada con La Parrilla y Belmontejo con todas sus rentas, réditos y derechos, el señorío civil y criminal y el mero mixto imperio, salvo el portazgo de las villas.
Los marqueses de Cañete.
a Juan Hurtado de Mendoza y Guzmán. Primer marqués de Cañete por merced de los reyes católicos, le llegó el título dos días después de su muerte. Al haber muerto su hijo Honorato antes que el recibió el título su nieto Diego, hijo de Honorato.
Durante el reinado de los Austrias los marqueses de Cañete continuaron desempeñando los mismos cargos políticos y cortesanos: ejercieron los oficios de guardas mayores de Cuenca y monteros mayores de los monarcas, además de cumplir otras funciones políticas, tanto en el ámbito cortesano como en el local. Hasta principios del siglo XVII ostentaron el virreinato del Perú, donde algunos de ellos residieron y donde fundaron una ciudad homónima. También participaron en importantes acontecimientos militares en distintos países de Europa, especialmente durante el reinado de Felipe II.
La Renta del Tabaco, que es una fuente demográfica del siglo XVIII muy completa al recoger la relación de pueblos de realengo, señorío y abadengo, registra como villas del marquesado de Cañete, Cañete, La Parrilla, Belmontejo, La Cañada del Hoyo, Olmeda de la Cuesta, Poyatos, Tragacete, Valdemeca, Uña, Villarejo de Pedro Esteban y Los Oteros.
Los II condes de Paredes —Pedro Manrique y Leonor de Acuña— habían vendido La Parrilla y Belmontejo al concejo de Cuenca —aunque no se debió hacer efectiva la venta— y a Juan Hurtado de Mendoza, aunque la condesa le reclamase posteriormente su restitución. Ya el I conde de paredes, Rodrigo Manrique, dio su poder a Pedro Matute, caballero de la orden de Santiago, para que representara al maestre en la venta de La Parrilla y Belmontejo al concejo de Cuenca.
Juan Hurtado de Mendoza, II señor de Cañete y tío del poeta Jorge Manrique, traspasó las villas de La Parrilla y Belmontejo —con su jurisdicción, señorío, pechos y derechos correspondientes— en 1498 para la dote de su nieta María de Mendoza, desposada por palabras de presente por su madre Francisca de Silva con Pedro Pallás, vizconde de Chelva; Francisca de Silva había de dar en dote 4.000 florines de oro e de peso de la ley e cuño de Aragón.
En las disposiciones testamentarias de Juan Hurtado de Mendoza, II señor de Cañete, quedaba confirmado el mayorazgo otorgado en 1485 a Honorato de Mendoza, ya fallecido, para quien lo hubiera de suceder. El mayorazgo original constituido por Diego Hurtado y Teresa de Guzmán había quedado trastocado con la inclusión de la villa de La Cañada del Hoyo. De igual forma, confirmaba el segundo mayorazgo concedido a su hijo Luis Hurtado de Mendoza en 1487, con las villas de La Frontera y Beamud.
En el testamento, que data de 1505, otorgaba y confirmaba dos donaciones hechas a su mujer Elvira Rabanel, una de ellas de su plata, y solicitaba que fueran pagadas cualesquier deudas que se averiguara que debía. Por cuanto había comunicado enteramente su voluntad con doña Elvira y porque, para cumplir por su ánima, eran menester 250.000 mrs. y aún más, y una vez sacados los mayorazgos y donaciones, quedaban muy pocos bienes para poderse cumplir, dejaba, mandaba y rogaba a su heredero que le sucediere en el mayorazgo antiguo, lo tuviera Luis Hurtado de Mendoza como pariente más cercano, so pena de su maldición, y desde su fallecimiento hasta mes y medio o antes diera 200.000 mrs. para satisfacer y pagar lo susodicho. Y Luis Hurtado diera otros 50.000 mrs. por el otro mayorazgo a sus testamentarios: doña Elvira de Rabanal, Pedro de Barrientos, Luis Hurtado de Mendoza y Rodrigo de Rabanal.
Juan Hurtado declaraba herederos universales, por una parte, a sus hijos legítimos Luis Hurtado de Mendoza e Isidro de Mendoza, a los hijos e hijas de Honorato de Mendoza, que santa gloria aya; por otra, a los hijos de don Pedro de Barrientos y de doña María Manrique, su hija, en lugar de doña María su madre.
En 1509 Diego Hurtado de Mendoza, I marques de Cañete, demandó a Inés de Barrientos, mujer de Luis Hurtado de Mendoza, que entonces lo era de Luis Carrillo de Albornoz. Reclamaba 19.500 mrs. de la dote de doña María de Haro —primera mujer de Luis Hurtado de Mendoza, ya fallecida— en joyas, perlas y otras cosas hasta 500 castellanos de oro. En 1515 se mandó entregar a Diego Hurtado la villa de Beamud, en prenda de los 19.500 mrs. de la dote de María de Haro; pero tuvo que pagar a Inés de Barrientos 600.308 mrs. del tercio de la dote de doña Inés Manrique —mujer que fue de Juan Hurtado—, quien suplicó diciendo que Beamud era de su mayorazgo; Inés afirmaba que Beamud venía de una donación de doña María de Carrillo, mujer de Íñigo de Mendoza, hermano de Juan Hurtado de Mendoza.
Diego Hurtado de Mendoza acrecentó el mayorazgo de Cañete en 1532, con las villas de La Parrilla y Belmontejo y 985 fanegas de pan de renta distribuidas en Poyatos, Cañete, La Cañada, La Parrilla y Belmontejo. Otras noticias indican que las aldeas de Val del Morillo, Val del Moro, Villarejo de Periesteban —integrado en el sexmo de Altarejos— y el caserío de Peñarrubia de Cañete pertenecían en el siglo XVI al marquesado de Cañete.
Juan Hurtado de Mendoza, II señor de Cañete
Padres
Padre: Diego Hurtado de Mendoza, I señor de Cañete
Madre: Teresa Ramirez de Guzmán
Madre: Teresa Ramirez de Guzmán
Matrimonios
Matrimonio I:Inés Manrique de Lara
Hijos
Hijos del Matrimonio I:
- Honorato de Mendoza, señor de la Parrilla, casa con Francisca de Silva y Ribera
- Francisco de Mendoza
- Teresa de Mendoza casa con Álvaro de Luna, II señor de Fuentidueña, segovia. Sin sucesión.
Hijos de Elvira Rabanel
- Maria de Mendoza casa con Pedro Barrientos y de Serranillos, señor de Valdecabras
- Luis de Mendoza, señor de la Frontera, casa con Inés de Barrientos y Mendoza
- Juana de Mendoza casa con Diego López de Toledo, señor de Mejorada
parte pequeña de la historia de Belmontejo
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